En Bogotá en el mes de noviembre del año 2017, se conoció un caso de un hombre que golpeó a su esposa en una situación de violencia intrafamiliar.
Según las versiones entregadas por las 2 partes, la mujer tenía sospechas de infidelidad de parte de su esposo, así las cosas sobre las 8 de la mañana del día 29 de noviembre, de manera intempestiva, le arrebató el celular al hombre, esto generó un forcejeo entre las 2 personas, uno tratando de quitarle el celular al otro.
Según el testimonio, el hombre habría puesto su rodilla en el pecho de la mujer y está por defenderse le habría propinado un golpe en sus partes íntimas, en ese momento la mujer aprovecho para salir corriendo al baño con el celular en la mano, en su afán de lograr comprobar la infidelidad de su esposo, en ese momento el hombre impidió que cerrara la puerta del baño y en una mediación, el hombre habría facilitado la clave del celular y su confesión de infidelidad con su exjefe.
El juez al escuchar las versiones, impuso una condena de 72 meses de prisión al hombre, por lesiones personales propinadas a la mujer, ya que según medicina legal esto le generó una incapacidad de 5 días. Sin embargo la defensa presentó de inmediato la apelación, argumentando que el hombre habría actuado en legítima defensa de su intimidad.
Tribunal Superior de Bogotá validó la apelación y ajustó la condena a 8 meses de prisión, también indicó que, el hombre actuó defendiendo sus intereses particulares, cuando la mujer de manera “abusiva” habría tomado el celular e intentó atentar contra la intimidad del victimario. Este caso se ha convertido en controversial, ya que marca un punto de referencia frente a casos similares, cuando en los conflictos familiares se presentan agresiones físicas al defender su vida privada.
